Que tiempos aquellos, ojala se pudiera retroceder atrás, cuando era principiante, alevín, infantil… Cuando realmente disfrutabas de la bici, salías a entrenar y lo mismo ese día hacías cincuenta kilómetros y te volvías a tu casa tan contento como que hacías diez kilómetros y te volvías igual de contento. Pero lo mejor era los ataques era todo el día picado, arranque por aquí arranque por allí, todo el día enzarzado.
Yo personalmente fue una infancia increíble, buenos compañeros, buen entrenador y muchos días para disfrutar por delante, era llegar la última carrera de octubre y a la semana siguiente ya tenía mono de correr, ahora lo pienso y no puedo evitar reírme.
Lo mas gracioso es cuando de tan pequeño por ganar dos o tres carreras piensas que puedes llegar a ser algo, y lo peor de todo que tus padres se lo crean mas que tu, que pobre iluso era.
Ahora miro y una mano me sobre para contar los que corrían conmigo cuando era alevín, siempre nos la disputamos entre cuatro, pero aquel año, será inolvidable no baje del podium en todo el año, y gane doce carreras creo, que feliz era, pensando que haría con el dinero cuando ganase el tour. Ahora miro donde estamos todas aquellas estrellas, y no estamos estrellados, pero no somos esos Indurain que nos esperábamos, para algunos cuando te vas haciendo mayor es un golpe duro, otros simplemente pasan y otros ni se enteran. Lo peor de aquella época es recordad a mi difunto amigo José Manuel Jiménez alias el picolillo, han sido muchas carreras y muchas aventuras juntos, pero ahora no cambiaria nada de aquella época.
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